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Las Ferias de San Sebastián

Publicado el 16 de septiembre de 2016.

Las Ferias de San Sebastián

Ya se han inaugurado las ferias, como pomposamente las llamamos; ya está Amara lleno de barracones: ya el humo del aceite de los churros está molestando todas las gargantas y los organillos destrozando todos los tímpanos; y ya está otra vez este reporter diciendo que ni esto es feria, ni esto es digno de San Sebastián, ni por ahí está el camino que conduce a la atracción de forasteros.


Cada año va más a menos esta feria de baratijas y de fenómenos de barraca y ya ni siquiera acude a la inauguración la Banda municipal, que daba al acto cierto carácter de solemnidad oficial.

El día de su inauguración, el repórter se fue a dar una vuelta por allí y con verdadera satisfacción observó que cada año va menos gente. ¿Y quién va por allí con las "atracciones" que hay?

Barracas de feria de pueblo conteniendo fenómenos, una multitud de tiros al blanco, otra multitud de pirámides de botellas que hay que "ganar a pulso" -nunca mejor empleado el vocablo- unas churrerías que despiden un olor a aceite frito que hace toser y llorar y unas casetas de baratijas de a real y medio, junto a otra porción de puestos de caramelos y almendras "garrapiñadas".

Falta por describir lo mejor: las rifas, donde unos industriales listos hacen un negocio redondo a costa de unos clientes tontos y los tíos-vivos, columpios, ruedas y demás instrumentos de tortura donde lo menos malo que puede pasar es salir mareado o con un coscorrón.

Y ya que hemos hablado de instrumentos de tortura diremos algo de los organillos, Mal tiro!...

Antes, cuando las ferias estaban a cierta distancia el horrible machaqueo podía tolerarse porque no melestaba a nadie más que al que voluntariamente lo soportaba, pero desde que la edificación ha llegado hasta allí, ha habido que velar por la tranquilidad -muy relativa- del vecindario que estaba pensando en el suicidio en masa.

El alcalde accidental, Sr. Navas dispuso que los organillos, en vez de cesar a las doce como antes, cesen a las once y media. Era media horita de sueño...

¿No se había dicho antes, que el comercio donostiarra iba a encargarse de hacer una feria decorosa y digna de San Sebastián?

Si para el año que viene, no lo hace, vale más que se suprima eso que llamamos feria.

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