El Café Oteiza en San Sebastián

Miguel Martín de Oteiza (Elduain 1826, Donostia 1888) fue un personaje que supo establecer los mejores y más lujosos Cafés donostiarras, cubriendo la necesidad imperiosa de atender a la cada vez más numerosa élite social que llegaba a nuestra ciudad. Oteiza poseía el primer Café de la Marina, frente al teatro Principal. El derribo de las murallas supuso una apuesta de futuro para Martín que estableció en uno de los primeros edificios del ensanche el (nuevo) Café de la Marina, pero pronto lo vendería a los cafeteros suizos para proyectar uno nuevo, más espacioso y más suntuoso en la esquina con una de las mejores vistas del ensanche de San Sebastián. Para ello adquirió el solar del ángulo calle Andía y Miramar, llevando a cabo la construcción Galo Aguirresarobe, que ya había edificado para Oteiza la casa de "la Marina".

El nuevo Café que llevó su nombre ocupaba la planta baja y tenía una amplia terraza mirando a la playa. Se inauguró con "esplendidez extraordinaria" el 23 de julio de 1881. La prensa se hacía eco de la noticia:

"El aspecto que el café ofrece es deslumbrador y elegantísimo: preciosos frescos pintados decoran el techo, entre primorosas molduras de oro y blanco; profusión de magníficas lunas completan el decorado. Alderdi Eder y el Paseo de la Concha se han convertido en una peregrinación cuyo santuario es el precioso Café Oteiza, cuyo magnífico salón principal, con elevado techo, artísticamente adornado, sin columnas que estorben el paso, sostenido solamente por grandes vigas de hierro dulce ocultas bajo los dorados y molduras pintadas, es la admiración del concurrente. Desde los que se bañan por la mañanita hasta los que salen por la noche a entretenerse, todos hacen su visita al nuevo y grandioso Café, que no podemos comparar con ninguno conocido hasta ahora. Sus vistas son también excelentes, desde allí se domina toda la Concha con sus innumerables casetas de baños, sobre la que se destacan tantos hoteles (villas)... "

Oteiza había inaugurado en 1876 otro café en los soportales de la plaza de Gipuzkoa, 3, con el nombre de Café Colón y que también tuvo considerable fama.

Tras el fallecimiento de Oteiza fue Francisco Ochoa quien regentó el Colón, para cerrarse hacia 1910. Benito Kutz prosiguió la explotación del Café Oteiza tras la muerte de su propietario en 1888. En 1891 nace el Club Cantábrico que establece su sede social en los salones del piso superior. Este club reunía entre sus socios a empresarios, políticos y hombres de fortuna que suponían una parte importante de la actividad económica donostiarra y guipuzcoana.