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El Café Royalty en SanSebastián, un lujo europeo

Publicado el 06 de julio de 2016.

Café Royalty en SanSebastián, un lujo europeo

El Café Royalty ocupaba un grandioso local, de 400 m²,  en la Avenida nº 11 esquina con Bergara y fue uno de los Cafés más elegantes que tuvo la ciudad.

Abrió sus puertas el 29 de julio de 1907 de la mano de Arana y Cía. siendo socios de Arana, Miguel Echart y Odón Marthé quien regentaba una de las más acreditadas tiendas de muebles, también en la Avenida y que había decorado para la Reina María Cristina el Palacio de Miramar. La obra del Royalty fue dirigida por Luis Elizalde, uno de los arquitectos donostiarras más renombrados, con edificios emblemáticos como el complejo del Monte Igueldo, el renovado Hotel Londres,  coautor con su primo Ramón Cortázar del Instituto Provincial,  (actual Koldo Mitxelena) y del Banco Guipuzcoano. Suyo fue también el proyecto del Hipódromo de San Sebastián, que ayer cumplió 100 años.

El local estaba enteramente ocupado por ordenadas filas de mesas de mármol y largos divanes. Lo que más destacaba era su parte central de 12 m. de altura rematada por una soberbia vidriera que bañaba con su luz cenital todo el café. Contaba también con un pequeño escenario elevado para alojar a los músicos. Los materiales que se utilizaron, según recoge Juan Mª Peña  en su libro "Del San Sebastián que fue", fueron de lo más exquisito: el suelo era de baldosa de la casa valenciana Nolla, una de las más demandadas para decoraciones de lujo. La Casa Maumejean, fue la elegida para realizar la decoración de muros y cristaleras siendo el propio M. Gilbert, director artístico de los talleres de Paris, quien realizó al óleo los paneles pintados de los muros; las vidrieras con paisajes de colores filtraban la luz de los grandes ventanales y los zócalos de opalinas recubiertos con molduras de bronce  también eran de  dicha firma. La vajilla Limoges, de la casa Charlionais y Pourailly.

También participaron en la decoración firmas locales de  gran fama, como Tomás Altuna que realizó los trabajos de marmolería, riquísima especialmente en las fachadas y Julio Gargallo que hizo los trabajos decorativos interiores. El mobiliario fue de la casa Marthé, uno de los socios del café.
Hacia 1910, se asoció con el Café Kutz de la Avenida 1, esquina con Fueros, que pasó a llamarse "Brasserie Royalty", anunciándose como "sucursal" del Café Royalty.

En 1917 fue el empresario Florentino Rojo, que regentaba los principales cafés donostiarras, quien se hizo con el Royalty, manteniéndolo hasta 1928 en que pasó a otros grandes empresarios, los hermanos Juan y Teodoro Kutz que lo renombraron "Café Viena-Kutz". 
El 2 de Enero de 1944 se cerró definitivamente este café, siendo su propietario desde dos años antes, Anselmo Gómez Berasaluce
Así se dolía de la pérdida del Café Viena, Juan de Hernani en la "La Voz de España":

"Nos han echado -iba a decir de nuestra casa- a varios centenares de donostiarras. Más horas que en nuestro propio domicilio nos albergaba a muchos ese Café Viena que acaba de cerrarse. Allí vivíamos, allí trabajábamos, allí recibíamos a nuestros amigos...
El Viena era un café de los que ya no quedan. Todo sin prisas. Sin reparar en el gasto de tiempo... porque era un café doméstico, un superviviente de aquellos antiguos cafés suizos de moka con gotas y chocolate espeso con bizcocho y azucarillo. Los establecimientos híbridos de salón de té y bar americano no pueden dar calor con sus sillas de tubo y su ensaladilla rusa a un buen cliente de café.

El Viena era café y era casino y era estanco. Por una modesta propina, a uno, el camarero le daba todos los pitillos que le negaba la tabacalera”.
Al Café Viena le sustituyó la tienda y taller de confección de gabardinas “El Gamo”. En 1961 el edificio fue derribado y la esquina ocupada, en 1964, por la lencería Larumbe.

Larumbe se había fundado en los años 40 por Domingo Frades y su mujer Francisca Larumbe, en la Plaza Viteri frente a la iglesia de San Ignacio del barrio de Gros. Primero fue un taller de confección de ropa de niños, dedicándose luego a lencería femenina, trajes de baño, etc. En la tienda de la Avenida también tenían taller donde se confeccionaban, batas, camisones y se realizaban arreglos de corsetería.

En los años 70 se hizo cargo de ambas tiendas su hijo Eduardo, cerrándose el establecimiento de la Avenida en 1986, pero continuando el de Gros hasta 2012.

A Larumbe le sustituyó en dicha esquina Auzmendi, que instaló en ese espacio la sección de mujer, llegando en 1991 a ocupar todos los bajos de este edificio. El sastre Santi Auzmendi, con su forma de vestir y sus trajes de perfecto corte acompañados de deportivas, revolucionó la moda de una ciudad con fama de elegante pero con gustos tradicionales. En 2005 apostó por un nuevo y amplio local, en la Avenida 30 esquina Garibai, manteniendo también el establecimiento de Avenida 11 hasta el 2013, en que fue sustituido por la firma francesa Celio.


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