RevistaSanSebastian.com

RevistaSanSebastian.com

Erro, un comercio centenario de San Sebastián

Publicado el 08 de noviembre de 2016.

Erro, un comercio centenario de San Sebastián

¿Quién no conoce Erro, la tienda de bolsos, calzado, paraguas y artículos de piel de la c/ Legazpi en la esquina con la Plaza de Gipuzkoa? Tras un siglo atendiendo a su clientela, el pasado sábado 29 de octubre Erro ha cerrado definitivamente sus puertas. Tan largo recorrido bien merece un recuerdo en esta sección sobre los comercios donostiarras de ayer y hoy. 

Se fundó en 1914 en la esquina de la c/ Urbieta con la c/ Moraza, entonces el extremo sur de la ciudad, donde ese mismo año se inauguraba el Teatro Bellas Artes. En su nacimiento tuvieron que ver un poco la suerte y un mucho la ilusión de una joven pareja, trabajadores de una fábrica de paraguas: Javier Erro Garralda y Dolores Barriola.

Un premio de la Lotería Nacional, seguramente un solo décimo, tocó repartido entre los trabajadores de la fábrica. No era mucho dinero pero fue suficiente para casarse y abrir su propia paragüería, si bien Javier siguió trabajando en la fábrica, siendo su mujer Dolores, con su hermana Ignacia, quienes atendieron aquel primer establecimiento.

A los dos años dieron el salto estableciéndose en la concurrida Avenida, ayudados económicamente por uno de los socios de la fábrica de paraguas Brisac.  Cogieron en traspaso el elegante local de la relojería de Pedro Curuchet en la Avenida 38. De aquella tienda, Ignacia Barriola, hermana de la fundadora, dejó su testimonio escrito: “Era una tienda muy bonita con vidrieras y espejos. Además de los paraguas que provenían de Brisac, se vendían perfumes, abanicos y bastones. En aquella época, en esa acera de la Avenida también estaba el Credit Lyonnais, una mercería muy buena que se llamaba La Villa de Bruselas y una tienda de artículos de caza y pesca en la esquina con c/ Hernani que luego se trasladó a la c/ Santa Catalina (Hijos de P.Merino).
Al final de la Primera Guerra Mundial (1918) se crearon en nuestra ciudad grandes expectativas de atracción del turismo de élite. Ello motivó la apertura de nuevos comercios de lujo como la joyería de Juan Sanz que venido de Madrid escogió precisamente el local de la paragüería para su negocio. Los Erro, tras saldar la deuda del socio de Brisac, se buscaron otro local.

Fue entonces cuando se establecieron en la c/ Legazpi 9, donde han permanecido hasta ahora, aunque el local primitivo ocupaba solo la mitad.  Encima de la tienda tenían su vivienda y el taller, donde reparaban y fabricaban sombrillas y paraguas.

Tras la guerra, Javier Erro traspasó el negocio a Javier Elorza, prometido entonces de su sobrina Ignacia Zurriarain quien ya trabajaba en la tienda. A partir de entonces fue esta pareja quien regentó el comercio que no cambió de nombre. Javier Erro abriría años más tarde otro emblemático comercio en la misma calle Legazpi: “El Turista”.

En los años cuarenta el matrimonio Elorza-Zurriarain amplió el establecimiento añadiendo el contiguo local de “La Vitrina” que se dedicaba a la compra venta de joyas y muebles.

Entonces Casa Erro adquirió su dimensión y aspecto actuales, con sus tres escaparates, uno de ellos bajo el soportal de la Plaza de Gipuzkoa. La decoración interior se debió al ebanista pamplonés Azcarate que diseñó el elegante mobiliario en maderas nobles, que se ha conservado a lo largo de todos estos años, confiriéndole un acogedor y distinguido ambiente. En aquel momento se cerró el taller de fabricación de paraguas, vendiéndose a partir de entonces los paraguas manufacturados, y adaptándose a los nuevos tiempos, fueron  incorporando a su oferta artículos de viaje, bolsos, pañuelos, carteras, etc.

En 1960 inauguraron un nuevo establecimiento en la esquina de la c/ Igentea 4, con el nombre "Leder", en donde además de bolsos se vendían prendas de ante y cuero, moda que hacía furor en aquella época. Leder se cerraría en 1989.

En 1967, también en la c/ Igentea, junto a Leder, abrieron la elegante zapatería “Diolens” ocupando el local que entonces tenía Villa Flores que se trasladó a su actual ubicación, en la misma calle esquina con Perujuantxo. Diolens se cerró en 2011 trasladándose la sección de zapatería a la c/ Legazpi.

A lo largo de los años, se fueron incorporando al negocio familiar las hijas del matrimonio, Pili, María José y Loli Elorza Zurriarain y hace una década se unía la tercera generación con Ainhara Caparroso.

Desde sus comienzos como taller de paragüería y a lo largo de todo un siglo, Erro ha tenido un largo recorrido pero siempre llevado con el mismo espíritu de atención cálida y cercana a los clientes y manteniendo su propio estilo clásico y elegante que tanto gusta a donostiarras y visitantes. Acaba de cerrar sus puertas dejando un recuerdo imborrable. Deseamos mucha suerte al nuevo comercio que le sustituya y ojalá que lo hagan tan bien para perdurar tanto tiempo.


Imágenes relacionadas

Deja tu comentario