El Mixto y el Sud-Expresso en San Sebastián

A principios del siglo XX, dos eran los trenes que principalmente nutrían de visitantes a Donostia San Sebastián, El Mixto y el Sud-Expreso. Ambos muy diferentes como veréis.

El reporter nos lo comentaba en 1901.

"Llegan de Madrid con una hora de diferencia. Salen para Madrid con muy pocos minutos, uno en pos del otro. Siempre persiguiéndose. Son el símbolo de la cuestión social.

Para San Sebastián ambos trenes son igualmente estimables porque le traen gente. Ambos transportan dinero.
El mixto entra despacio, cansado, jadeante tras una caminata de más de veinticuatro horas arrastrando su inmensa mole por esas llanuras de Castilla que el sol tuesta. Tiene que pararse por su propia fuerza, porque aún no le han dado freno automático necesitándole quizá más que el tren de lujo. Pero para eso es pobre, ¡para fastidiarse y no gozar los privilegios de los ricos!

Cuando ha parado saltan al andén cientos de personas cargadas de cestos y maletas, ennegrecidos los rostros, quebrantados los huesos. Es la gente que viene a veranear por necesidad; a pedir iodo al mar, oxígeno al aire, fuerzas al clima. Treará poco dinero, pero le trae para dejarle iintegro. Cuando ha agotado la última peseta, entonces se va. Es la vida, la subsistencia de la pequeña industria veraniega, de la patrona, del bañero, del comerciante de baratijas. Debería recibírsela con arcos erigidos por la gratitud.

El sud-expreso llega veloz, extrepitoso, haciendo temblar el suelo con su marcha de tempestad, y para en seco, de repente, en forma casi estudiada para ser elegante. Es corto, trae por lo mismo pocos viajeros, que descienden envueltos en ricos aun que ligeros abrigos y dejan un montón de equipajes que diligentes criados se encargan de recoger. "El bruto", como le llama Grilo, para poco, necesita poco descanso. Pasó las estepas castellanas con la fresca de la noche y todas las preferencias del camino fueron para él.

Trae la gente rica, la que veranea por lujo, la que acaso no se acerca al mar, la que viene a divertirse y hacer la misma vida que en Madrid.
También merece gratitud.

Y cumplida su misión tornan a Madrid por la noche, casi a la misma hora, con pocos minutos de diferencia."