La joyería Durant en San Sebastián
Publicado el 13 de febrero de 2016.
El derribo de las murallas en 1864 fue para San Sebastián un impulso fundamental en su desarrollo. A ello hubo que añadir la llegada a nuestra ciudad de un importante número de comerciantes franceses que, atraídos por las grandes posibilidades comerciales que ésta ofrecía, abrieron sus negocios, alguno de los cuales ha tenido plena vigencia hasta estos últimos años.
La Joyería Durant fue uno de estos emblemáticos comercios. Mr. Leon Voisin y Peyran fue el fundador de la Joyería y Relojería “El Cronómetro”, estableciéndose en el nº 10 de la calle de Pozo, hoy Boulevard.
Cuentan las crónicas que rápidamente se acreditó como uno de los mejores y más serios profesionales del ramo. Corrieron los años y quiso dar paso a otra generación para que el negocio siguiera en manos de la familia. Su sobrino, Elie Durant y Voisin era un joven que ya demostraba sus habilidades como fundidor y que había comenzado a estudiar castellano, quizá viendo las posibilidades en el comercio del país vecino. Leon Voisin se puso en contacto con él y éste llegó a San Sebastián con intención de ponerse al frente del negocio.
Rápidamente llegó a un acuerdo con su tío y ambos se presentaron ante el notario don Joaquín Elosegui para firmar la correspondiente escritura de compra venta.
El 26 de agosto de 1892 se firmó la venta en la que, “León Voisin y Peyran vendía a Elías Durant y Voisin la joyería establecida en el piso bajo de la calle del Pozo 10 con todos los útiles, existencias y enseres, fijando el valor en 50.000 pesetas. Estas pesetas se obliga el compareciente a pagarlas al vendedor “en buena moneda de oro o plata precisamente, con exclusión de toda clase de papel creado o por crear, aunque se establezca de hecho o por disposición de la ley el curso forzoso”. Pagaría 250 pesetas cada trimestre y por vía de interés de las 50.000 pesetas, 3.000 pesetas anuales por trimestres vencidos, o sea 750 pesetas por cada trimestre. En la escritura se determinaba la rescisión del contrato en caso de incumplimiento por el comprador del pago de intereses y de la cantidad a cuenta del capital y la forma en que aquella, en estos supuestos, se llevaría a efecto. Fueron testigos instrumentales Gervasio Alzaga y Nemesio Goitia.”
El joven Elie, acompañado de su hermana Henriette, pronto se hizo popular tanto entre la población donostiarra como entre la que llegaba de otros lugares, y principalmente en el seno de la colonia francesa, muy numerosa en San Sebastián. Coincidió plenamente con la “Belle Epoque” y el estallido económico de la ciudad alrededor de la aristocracia y las grandes fortunas europeas. Era la época en que se trabajaba a mano en el taller, cuando los relojes se vendían en estuches de madera de olivo con las iniciales del propietario grabadas.
Estuvo al frente del negocio hasta el año 1922, en que falleció, continuando la actividad su viuda y desde 1933 los hijos del matrimonio, Elie y Francine Durant. Elie había estudiado en las Escuelas Francesas y se había formado como relojero con Francisco Quesada.
Paralelamente, en la otra parte de la ciudad, en la Avenida de la Libertad esquina con la calle Churruca, existía otra joyería llamada “Azpiazu”, desde 1912, por atender al apellido de su propietario Martín Azpiazu. Esta joyería cambió de nombre al casarse la hija con Vicente Echeverría, pasando a denominarse, desde 1932, “Joyería Echeverría”.
Mientras en la Avenida se producían los mencionados cambios, la Joyería Durant de la Alameda, dirigida por Elie Durant Mailhot, seguía con tanto éxito su actividad que se planteó ampliar el negocio con una segunda tienda ubicada en una de las principales arterías urbanas, la Avenida de la Libertad que en el año que nos ocupa, 1962, era conocida como Avenida de España.
En dicha fecha, la Joyería Durant sustituyó a la Joyería Echeverría, contando de esta manera, hasta el fallecimiento de Elie, con dos establecimientos en la ciudad. A su muerte, los descendientes decidieron cerrar la ubicada en la Alameda del Boulevard, desarrollando su actividad, solamente, en la Av. de la Libertad, 20.
Marie France Iruretagoyena, hija de Francine y sobrina de Elie, colaboró desde muy joven en la joyería hasta que finalmente, y tras formarse, tomó las riendas del negocio a la muerte de su tío.
“La Joyería Durant ha mantenido fiel los criterios de profesionalidad y calidad de sus fundadores, nos comentaba, Marie France, hace un tiempo. Hemos contado con las mejores marcas en relojería y joyería y hemos ofrecido a nuestros clientes un esmerado servicio, que ha sido la marca de nuestra casa desde su fundación. Pero hemos llegado al final. No tengo quien continúe y yo quiero jubilarme, por lo que el próximo Marzo cerraremos.”
El 31 de Marzo de 2014 cerró la Joyería Durant. En la actualidad otra joyería, Aristocrazy, ha venido a ocupar el espacio que durante años marcó un estilo en la Avenida.